Las Navas de Tolosa .-

Visite, no recuerdo ahora porque, en una ocasión la población de Santa Elena , en el lado sur del paso de despeñaperros que comunica Castilla con Andalucia. Y con alguien , no recuerdo tampoco ahora quien, visite una zona al oeste de esta población , donde me aseguraron se dio hace 800 años  la batalla de las Navas de Tolosa, va hacer dentro de unos días.

Recuerdo que en aquel entonces aquello de la batalla de las Navas de Tolosa me sonaba a una simple mención en la Enciclopedia Álvarez, supongo que mezclado con los reyes godos y con los afluentes del rio Miño.

En el lugar, que era una hondonada a donde se descendía de forma suave desde una pequeña loma, encontramos a un personaje que llamo nuestra atención porque portaba un aparato que para mi en aquel entonces no resultaba desconocido pues lo había visto antes anunciado en la revista de “Mecánica Popular” que en su edición en español , editada en Méjico, leía mi padre cuando viví en Venezuela.  El aparato, novedoso en aquel entonces en España, era un simple “detector de metales” , que un individuo hacia pasar  por el terreno del lugar donde según las crónicas cristianas, que me contaba mi acompañante,  murieron mas de 100.000 moros.  (Hoy en día se estima que no hubo más de 12.000 moros y en su mayoría salieron corriendo) . La novedad del aparato y el extraño proceder su portador hizo que detuviéramos el vehículo y nos paramos a charlar.

Y la verdad es que era un autentico personaje. Decía que estaba jubilado y que llevaba varios años sacando de por allí auténticos tesoros, en forma de monedas, armas o incluso había encontrado una especie de cáliz o copa de oro. Nuestra manifiesta incredulidad le llevo a llevarnos a su especie de “estudio” , una  antigua cuadra reformada, donde guardaba un montón de cosas que había encontrado en los terrenos donde se había dando la batalla, básicamente pequeñas armas, mas que oxidadas, y monedas . Como alguna de esas monedas eran a todas luces denarios romanos, le mostré mi extrañeza de que estuvieran en dicho lugar , lo que me justifico diciendo que esas monedas en concreto las había encontrado en un campo recién labrado situado mas arriba de “mesa del Rey” , por lo que no pensaba que fueran de la batalla.

Recuerdo que me regalo un pedazo de mineral de plomo, roca de galena, que había tomado de alguna de las minas de plomo que hay por la zona.

En estos días se ha vuelto a recordar la batalla de las Navas de Tolosa, por su aniversario y por el significado de gesta patriota de unión de los pueblos que conforma España contra el invasor moro , en eso que se ha dado por llamar : La reconquista.

Los medios de comunicación de confesada ideología  de derechas han vuelto a recordar con tintes  exagerados aquel hecho y sobretodo dándole un matiz histórico equivocado.

Decir que en la batalla de las navas de Tolosa “toda España es la que está ahí, junta, por encima de las querellas “ como en la reciente Eurocopa , puede ser muy bonito y muy poético , pero no es cierto.

Y no lo es porque no existía en aquel entonces un sentimiento de unión nacional, de hecho en la dicha batalla no estuvieron los gallegos ,asturianos y leoneses, que fueron los que supuestamente desde Covadonga (722) iniciaron la erróneamente llamada reconquista.  No olvidemos que los llamados “moros”  (en realidad bereberes) no llegaron más allá del bajo  Miño y que desde el 741 sus dominios terminaban el Norte de la Sierra de Grelos. Por lo tanto ni los gallegos ni los asturianos ni los leones, nada tenían que reconquistar en 1212 cuando se da la necesidad de los castellanos, cuya capital era en aquel entonces Toledo , de poner tierra por medio entre los territorios de los llamados reinos  cristianos  y el musulmanes.

Es curioso observar, desde la perspectiva de la historia, como la manipulación de los sentimientos, en este caso religiosos, ha sido usada desde el poder político militar para justificar acciones bélicas mercantiles, como fue la batalla de las navas de Tolosa.

Como solía ser en estos casos el botín fue abundante y rico: oro, plata, ricos vestidos, atalajes de seda y muchos otros ornamentos valiosísimos, además de mucho dinero y vasos preciosos, pero, sin duda, lo verdaderamente significativo en el terreno de lo conquistado fue la toma de los Castillos del Ferral, de Vilches, de Tolosa y de Baños de la Encina, así como, naturalmente, las ciudades de Úbeda y Baeza.

La batalla, que recibe el nombre del castillo de Tolosa, ha sido localizada erróneamente  en la pedanía de las navas del castillo de Tolosa, si bien su ubicación exacta hoy en día seria entre  la aldea de miranda del rey el pueblo de Santa Elena. El campo de la batalla  está limitado al Norte por la Mesa del Rey, al Este, por la gran depresión del Arroyo del Rey, al Sur por el Cerro de los Olivares, y el de Las Viñas, y al Oeste por los Cerros del Tío Silverio y por el Cerro de los Palacios. La altiplanicie llamada Mesa del Rey es la salida natural del camino romano que atraviesa la serranía, evitando el paso de despeñaperros, que aquel momento controlaban las fuerzas andalucistas.

La batalla se gano, a decir de los entendidos, por casualidad, pues  sabemos que los musulmanes dispusieron muy sabiamente su ejército mas por los errores de comunicación entre los mismos le llevo a dejar sola la posición del Califa pues se fueron detrás de las fuerzas de a pie de los cristianos que huían despavoridos por el este y el oeste . Al dejar el centro libre los cristianos que guardaban su caballería en el norte atacaron de frente la retaguardia de los musulmanes y los caballeros navarros, que se unieron a la expedición en el ultimo momento, tomaron el campamento del califa, que salió corriendo.

Así que en esa batalla hubo de todo menos patriotismo y valor, eso si se gano y con ello fue esta campaña considerada como una auténtica cruzada por la Iglesia Católica, y tanto el apoyo de Inocencio III como el de la Orden del Cister proporcionaron relieve internacional al triunfo cristiano de las Navas de Tolosa. La maquina de la propaganda, en manos de la iglesia, hizo el resto y la que fue una batalla mas de las que llenaron la edad media española fue convertida en una acción bélica de dimensiones desproporcionadas, como todavía algunos la cuenta.

Creo que el aniversario de esta batalla debería de celebrarse con el debido relieve, pero sin exageraciones ni paralelismos con situaciones actuales, entre otras cosas porque después de 800 años las cosas han cambiado un poco bastante, que se dice.

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