El previsible fin de Dominique.-

La mañana en que Nafissatou , joven viuda de Ghana que llevaba solo tres años en aquel trabajo de limpiar habitaciones por menos de 1.500 euros al mes, pregunto a su compañero de trabajo si podía entrar a limpiar la habitación 2806 del hotel neoyorquino donde trabajaba, nunca pensó que aquel intranscendente  acto   cambiaria tanto su vida de fiel creyente musulmana que vivía en un apartamento, cedido por  una organización filantrópica y  compartido con su hija adolecente, que era de menor superficie que la suite que se proponía limpiar.

La hora, ya pasaban de las 12 horas, hora límite estándar para abandonar las habitaciones de hotel en todo el mundo, y la información de su compañero, camarero de habitaciones que recogía la vajilla del desayuno, le hizo suponer  que la habitación estaba “libre, vacuo y expedita” que dice en el lenguaje juridico (aunque lógicamente ella ignoraba que con tal fórmula legal se nombra   precisamente eso que ella entendía,  que al estar la habitación libre de ocupación, el hotel la podía volver ocupar con un nuevo cliente y por lo tanto ella, empleada del hotel, debía de prepararla) .

Y con ese fan laboral entro la buena mujer en la habitación, no dio importancia al hecho de que era mujer, que era joven, atractiva y de piel negra, y quiso la casualidad que dentro estuviera todavía duchándose un macho sesentón, de costumbres o vicios  sexuales inusuales , que además se había levantado con una “erección matutina “ , probablemente causada por una ingestión de algún fármaco para combatir una disfunción eréctil o por la natural satisfacción personal de haber salido triunfante de las reuniones secretas que la tarde anterior había tenido en  la Reserva Federal en  Nueva York para el reciclaje de la deuda de Estados Unidos.

Según el perfil criminal del violador este  “No buscan obtener placer, sino tener el dominio total sobre el otro». Así que allí, en aquella habitación de hotel neoyorquino, estaban el hombre más poderoso de la economía mundial que al salir  de la ducha empalmado que se encuentra de frente con una exuberante buena moza de color, que probablemente y sin saberlo despachaba al aire feromonas de  joven hembra sin cubrir. Supongo que Dominique pensó algo como: aquí yo el león ahí ella la joven gacela. Lo que a continuación sucedió es de una lógica aplastante, que no justifica la responsabilidad criminal del acto, que Dominique no supo valorar en su dimensión real y por el cual deberá de pagar.

Supongo que un cínico como Dominique, que no da valor a las personas, que tiene una conciencia laxa para eso  del sexo, según se deduce de sus antecedentes, le echará la culpa a otros y su soberbia le impidiera sentir algún tipo de arrepentimiento. Ahora estará, por algo es economista, haciendo números de por cuanto le va a salir la “mamada” de la “negra”, pues sabe que en la sociedad puritana norteamericana todo se traduce en dinero.

Tiene los mejores abogados del mundo para su defensa, lo que necesita pues la verdad es que le ha tocado el peor sistema judicial para eso de las violaciones. Se pasara unos meses disfrutando de la primavera y parte del verano de N.Y., en un cómodo apartamento, con su señora, valorando su posibilidades legales,  políticas y vitales. Entre las que sin duda estará el cómo llegar a su Francia natal, que le garantiza que no volverá a la cárcel.

Mientras tanto Nafissatou, que también ha cambiado de casa, que no volverá a trabajar limpiando habitaciones, se repone del susto y se prepara para encajar en su vida  sus contradicciones morales de musulmana creyente y de  victima a indemnizar de modo millonario. Tendrá que aprender a digerir el que se diga de forma amplificada que ella consintió en  ser asaltada y violada, lo cual no solamente es un infundio además la hace parecer una mala practicante de su fe musulmana.

Pasada la tormenta o revuelo mediáticos, cuando la causa criminal tenga el sosiego o remanso que  el curso de la masificado del sistema judicial le va a dar, llegara la hora de los acuerdos satisfactorios para las partes. Los contrincantes políticos de Dominique ya se lo han quitado del medio, al menos para las próximas elecciones. Las secretarias, azafatas y mucamas de los hoteles ya estarán más tranquilas, dado que “el fiera” estará bajo control una temporada.

Es de esperar que la esposa  de Dominique cuando vea que el Eliseo le queda cada día más lejos lo abandone, eso sí previo acuerdo económico de divorcio, sus hijos se alejaran de él con diversas disculpas. Así que es de esperar que se queden  más solo que la una. Si logra alcanzar el territorio francés podrá volver a la universidad donde tiene plaza asegurada, más que nada por distracción y por relacionarse con bellas jóvenes, porque las pensiones que ya tiene de ministro de Francia y del FMI le garantiza una vida holgada.

De Dominique volveremos a tener noticias, de Nafissatou lo más seguro es que no, desparecerá, será una persona anónima como lo era aquella mañana en que por causalidad entro con su carro en aquella habitación que tenía asignada como de salida, a  mediados de un mes de  Mayo.

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