MAS = Nacionalismo descafeinado

Si tenemos que hablar del nacionalismo catalán hablemos en serio  del tema y empecemos por decir que no hay un nacionalismo catalán si no que hay varios nacionalismos catalanes y que el de  Arturo Más es un nacionalismo descafeinado.

Tras la sentencia del Tribunal Constitucional en 2010 , que declaró varios artículos del Estatuto inconstitucionales, Arturo Mas se declaró partidario del derecho de Cataluña a decidir su futuro, que en definitiva es «el derecho de todo pueblo hacia la autodeterminación».

El derecho de autodeterminación es el derecho de un pueblo a decidir sus propias formas de gobierno, perseguir su desarrollo económico, social y cultural, y estructurarse libremente, sin injerencias externas y de acuerdo con el principio de igualdad.

El concepto de “pueblo” en el orden político  no esta exenta de ambigüedad y de discusión, pero se admite por la mayoría de sociólogos que es el conjunto de individuos que tienen interiorizado que comparte una cultura, un territorio  y una historia.

Y aquí es donde comienza hacer aguas el planteamiento nacionalista catalán en general pues la demografía, ciencia que estudia las poblaciones humanas y que trata de su dimensión, estructura, evolución y características generales, nos dice que en el territorio geográfico que corresponde a Cataluña desde el año 2007,  el 63,7 de los habitantes del mismo son nacidos en Cataluña y que el resto son nacidos fuera de Cataluña, esto es 36,30 . De los nacidos en Cataluña el origen de sus padres es de fuera de Cataluña en un 50 %, esto hacia que en el año 2007 el 68,15 de la población era de origen no catalán.

Desde aquel año  la tendencia de la población catalana es a disminuir, en el 2011 vio disminuida su población en casi 60.000 personas, un descenso que se repetirá todos los años de la próxima década, según el estudio de Proyección de la Población de España a Corto Plazo 2011-2021, hecho público por el Instituto Nacional de Estadística. Y la población infantil también ha descendido, este   descenso se explica porque las mujeres en edad fértil (de 15 a 49, años según el Idescat) son menos y tienen menos hijos. El año 2011, el número medio de hijos en Cataluña fue por cada mujer fue de 1,43, por debajo de la media de 1,46 del año 2010, aunque aún por encima del conjunto de España, donde el registro medio es de 1,35 hijos por mujer. Las mujeres extranjeras en Cataluña siguen teniendo una fecundidad más alta, con una media de 1,72 hijos por mujer, mientras que las de nacionalidades españolas tienen un registro de 1,30 hijos. (Aunque no he encontrado datos fiables parece ser que la tendencia en las mujeres españolas de origen catalán, hasta segunda generación, esta en torno a 1 hijo por madre.)

La conclusión es evidente, en el territorio que conforma Cataluña no existe un pueblo catalán propiamente dicho, esto es: conjunto de individuos que tienen interiorizado que comparte una cultura, un territorio  y una historia, que sea mayoritario y que además se considere discriminado con respecto al resto de los habitantes de ocupan el dicho territorio. Además la tendencia demográfica es que  la población autóctona  disminuya y por lo tanto el crecimiento económico del futuro dependerá de la importación de mano de obra de fuera del territorio catalán.

Así las cosas se comprende que en sus últimos discursos Arturo Mas haya hecho llamamiento a los catalanes con origen no catalán, esto es aquellos que siendo nacidos fuera de Cataluña o que son de padres no catalanes, viven en el territorio de Cataluña. Con lo que distorsiona el sentido o el sentimiento nacionalista, propio de los pueblos, pues ahora para Mas basta para  ser Catalán, aunque no se tengan  una cultura compartida ni tan siquiera una lengua común, el hecho de vivir en el territorio de Cataluña. Y ello es así porque el objetivo de Arturo Mas es sumar votantes, sea cual sea su origen étnico, cultural o incluso su lengua de origen.

Arturo Más abandona la corriente original del pensamiento político catalanista tradicional, articulado sobre el principio de que Cataluña es una nación, con una base argumental  en los derechos históricos de Cataluña, a su historia, a su lengua, y al derecho civil catalán. Ahora para el son catalanes todos los que viven en Cataluña que lo voten.

Por lo tanto si descafeinar es : Extraer o reducir el contenido de cafeína en el café , en la medida que Arturo Mas ofrece una “nación” catalana con un  contenido nacionalista reducido a la vecindad, por lo tanto esta sin duda “descafeinando” el nacionalismo catalán.

Pero la realidad es que en Cataluña, además de Arturo Mas y su partido Convergencia y Unión, mas conocido por “CIU”, existen  fuerzas políticas que se declaran de tendencia contraria a la derecha catalana, cuyo exponente político seria el partido de Mas, y que no ocultan que son de izquierdas, favorable a la república y a la independencia de Cataluña, entendida ésta como nación catalana o Países Catalanes, (un conjunto que englobaría todos los territorios de habla catalana, básicamente las actuales comunidades autónomas de Cataluña, Comunidad Valenciana e Islas Baleares, una franja del territorio de Aragón fronteriza con Cataluña, Andorra y la denominada Cataluña Norte o Francesa, la región del Rosellón). Fuerzas políticas que propugna la independencia de Cataluña por la vía pacífica. Rechaza la violencia y participa activamente en las instituciones políticas con el objetivo de conseguir por la vía democrática el derecho a la autodeterminación.

Se da pues el curioso fenómeno   electoral, cuya solución tendremos el próximo día  25 de noviembre, de que a unas mismas elecciones  concurren partidos de ideología política opuesta, unos de izquierdas y otros de derechas, con el mismo producto electoral, como si fueran productores de detergente o de una bebida de cola, cual es que ambos ofrecen “la independencia”.

Es cierto que también concurren otras opciones electorales, como el partido popular catalán, con un ambiguo españolismo, el partido socialista catalán, con un incompresible federalismo y un creciente partido de los ciudadanos, con una declarada anti independencia.

Y esa concurrencia de partidos es precisamente lo que hace que las elecciones catalanas sean, desde el punto de vista de gentes como yo, observadores de la actualidad, un muy interesante fenómeno sociológico a estudiar. Sobre todo después de las elecciones norteamericanas, donde se puede ya evaluar que las realidades étnicas y culturales, esto es “los pueblos” que subyacen y participan dentro de un mismo sistema electoral, son las que ponen o quitan a los presidentes, sin tener necesariamente territorios independientes donde gobernar.

Pero sobre esto ya hablare otro día.

 

Molinero, el prototipo del nuevo catalan de Arturo Mas

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